LA IMPRONTA
DE GERMÁN

En octubre de 1915 Francisco Villa y su poderosa División del Norte atacaban la población de Columbus, Nuevo México, marcando este episodio la primera y única ocasión en que los Estados Unidos son embestidos por un ejército foráneo en su propio territorio. Tan sólo un mes antes de este sui géneris momento histórico en nuestra relaciones con el país vecino, el 19 de septiembre de 1915, nacía en la mismísima capirucha Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo, en este edificio de arquitectura novohispana del siglo XVIII que después de diversos usos acabó por ser la pintoresca vecindad que vio nacer y crecer al sui géneris carnal Tin Tan.




Germán fue el segundo de nueve hermanos, ocho hombresotes y una infausta mujer. Su abuela paterna era de origen italiano, mientras que su madre, Guadalupe Castillo, fue oriunda de Aguascalientes. Don Rafael Gómez Valdés Angellini, su padre, fue agente aduanal, primero en el puerto de Veracruz y después en la fronteriza Ciudad Juárez.

La agitación de aquella Ciudad Juárez de los pachucos, que se hermanaban con los nacientes movimientos contraculturales de comunidades no anglosajonas residentes en la costa oeste de los Estados Unidos, encajó muy bien con el carácter indómito de Germán, quien interrumpe sus estudios a los 19 años. Sus padres, alarmados, le consiguen trabajo con el empresario Pedro Meneses, propietario de la radiodifusora XEJ, y, sin saberlo ni quererlo, marcan el rumbo de su segundogénito.



En la radiodifusora se desempeña como discotecario, como mandadero y como mozo antes de que, por accidente, alguien lo descubra parodiando a Agustín Lara. Promovido a locutor, el primer personaje radiofónico al que dio vida fue La Chiva, que lo consagró como una voz que encarnaba lo mismo la irreverencia melódica que la inusual habilidad de inventar vocablos o alterar canciones en odas de alegre libertad creativa.



Una de sus destacadas participaciones en la radio fue en El barco de la illusión, primer programa al que un público tumultuoso acudía a presenciar un espectáculo artístico-cómico-musical con orquesta en vivo. Por esas fechas también, en 1943, el empresario Paco Miller, de gira por Chihuahua con su teatro de carpa, tiene un encuentro fortuito con Germán que sería determinante para el artista y marcaría el origen de su leyenda.