Debido al uso de su spanglish y su imaginario repleto de juegos de lenguaje, a Tin Tan lo denunciaran los principales personajes de la alta cultura de su tiempo; José Vasconcelos fue uno de sus más duros detractores, Salvador Novo e incluso la periodista Paula Brook muy amiga de Mario Moreno "Cantinflas”. Mancillozos intentarán sin éxito ponerle un cerco a su actitud pionera. Por esta razón productores y guinistas irán poco a poco diluyendo al Pachuco, transicionando a un personaje más urbano sin lograr suprimir su vitalidad,
slang, ni el estilacho. Se mofó del cine nacional y habló entre chistes de la pobreza en el mundo, aludió a la corrupción gubernamental del periodo alemanista, nadie más podría haberlo hecho. Su talento logró trascender fronteras, a tal punto que es estudiado en las escuelas de cine mundial volviéndose un personaje contracultural, fue un transgresor de la pantalla siendo el primero en romper la cuarta pared, saliendose constantemente del libreto.
Antisolemne y camaleónico, Tin Tan entendió la relevancia de modelar personajes populares
que hablaban de una otra identidad, no la oficial, ni la nacionalista. Sino la compleja,
del mestizaje y el sincretismo cultural. Con el tiempo incluso la crítica más docta reconocío
las profundas aportaciones culturales de su legado artístico. Su humor desnudo los contrastes
de la urbe, de la desigualdad, de la pobreza, las clases sociales y la moralidad de un país
contradictorio que se tropieza estrepitosamente tras el ideal de modernidad frente a su
herencia colonial e indígena.